En las expresiones populares, las palabras suelen perder su sentido individual en favor del contexto, y muchas veces su significado aprendido no tiene nada que ver con el literal. Cuando te dan ‘una de cal y otra de arena’, ¿cuál de ambas materias representa lo bueno y cuál lo malo? Casi nadie lo sabe y quienes lo saben discrepan entre ellos. En cambio, al otro extremo, están las expresiones cuya interpretación se ciñe al pie de la letra, no dejando espacio a subjetividades, aunque sí a la investigación. Carlos Manuel Alvar, filólogo de la Real Academia Española, se centró en el origen de ‘dilapidar una fortuna’ y, tras 8 años de indagaciones lingüísticas e históricas, lo encontró en la lápida bajo la que yacía María Isabel de Burgos, la condesa que gastó toda su fortuna en hacer que el momento de su muerte fuese el más feliz de su vida... continuar |