Tinkus (pag. 2)
 

Los años pasaron y aquello que sus padres y los demás adultos no vieron, los ojos de algunos niños lo exageraron: “Tinkus es un monstruo, Tinkus es un monstruo”, repitieron una y diecisiete veces más durante el recreo del primer día de escuela. Tinkus, sin entender por qué lo insultaban, retrocedió… hasta topar con el borde de un charco. Cuando sus compañeros estuvieron a punto de desenroscar sus lenguas para empujarlo, el profesor los sorprendió:
—¿¡Qué está pasando aquí!? —dijo el maestro más serio que de costumbre, conteniendo su enfado.
Los pequeños camaleones se pusieron tan pálidos del susto que, por un instante, creyeron que habían cogido la enfermedad de Tinkus y, pensando que era un castigo divino, se desesperaron por pedir perdón.
Los niños prometieron ser buenos compañeros y así lo hicieron, aunque sólo en apariencias. A partir de ese día, jugaron con Tinkus, es cierto, pero únicamente al escondite.

Página 2 de 8. Haz clic aquí para ir a la página 3
Tinkus (Rafael R. Valcárcel) Descargar Tinkus en Power Point para compartirlo con tus amigos
 

© NoCuentos

tinkus | libro tinkus | blog rafael r valcarcel | libros de poemas | cuentos